domingo, 9 de noviembre de 2008

2008 - OLIMPIADAS DE ROSARIO

BASQUETBOL


¡EL GRAN TRIUNFADOR FUE EL EQUIPO!

Una medalla de bronce en básquet libre, habla por si solo del espíritu deportivo del equipo para ganar y regalarse una satisfacción final, a pesar de una etapa regular, con altibajos.
El pobre desempeño de la categoría mayores de 35 años, no empañó la medalla de bronce lograda con casi los mismos jugadores, lo que lo hace más encomiable y destacable por cómo se dió.
Pero, ¡El gran ganador fue el grupo humano!
El equipo de libres arrancó ganando su primer partido contra Santa y perder sucesivamente con Rosario y Chaco, a la postre medalla de plata. Los partidos se perdieron ahí cerca y tal vez bajo otras circunstancias, con un mejor desempeño técnico-físico y los refuerzos de que se disponía antes de las olimpíadas y que no pudieron darse a pesar de tenerlos disponibles, otra pudo ser la historia.
Pero, la sorpresa se da el mismo sábado, cuando se descontaba la eliminación de la competencia, que para nuestra sorpresa, por esas cosas de los sistemas de clasificación, el equipo había accedido a disputar la medalla de bronce contra Rosario (La final la jugaron Córdoba y Chaco).
Fueron los muchachos, con toda sus ganas de mostrar lo que son capaces, de rescatar esa vergüenza deportiva de buenos jugadores, que a pesar de los desempeños anteriores, podían ser más, podían concretar un juego colectivo destacable y regalarse un triunfo.
Los muchachos demostraron que el video " aprendamos de los gansos", no era una ficción, no era una clase de dinámica de grupo para noveles integrantes de fuerzas de trabajo, era una realidad concreta y lo podían demostrar.
Ese partido lo gana el espíritu de cuerpo, la integración de cada uno de los que jugaron y se comportaron en el rectángulo de juego como "una pieza" sólida, cumpliendo cada uno su rol, en virtud de su capacidad y condiciones técnicas y físicas.
Si bien sobresalió el goleo de Enzo Berardi, que apareció en el el partido oportuno y la gran tarea, a mi entender, de Anibal Pittorino, bajando muchos rebotes en defensa, no hay que olvidar la gran tarea defensiva y colectiva de Adrián Esquivel Haddad, Federico Diarte, Héctor Moray, Martín Descalzo, Juan Martín Faturo, el Pocho Romero, Tuki Domínguez, el Pato Pared y Gustavo Sánchez.
La incursión a las Olimpíadas de Rosario tuvo dos caras, la deportiva y la social. La deportiva, resumida en el párrafo anterior, con fracaso en mayores de 35 años y una bronce en libres, será seguramente un tema de discusión, de análisis y reflexión por todos los nombrados anteriormente y que participaron activamente, como los que colaboramos en el proceso, el que les escribe, Ricardo Milano, Tirso Soto y Mario Navas, y también por los que a distancia "participaron" a no dudarlo, ya que en su corazón y en su espíritu estuvieron con nosotros, como Carlitos Massi, Gustavo Aquino, Fernando Morales, Horacio Pozo, Cacho Ledesma, Yuyo Agrelo y Raúl Silvestrini, por citar algunos y Rodrigo Resoagli y Augusto González Gervasoni. que hubieran querido estar en el rectángulo de juego, pero por tecnicismos ajenos al deporte no pudieron hacerlos.
La cara social fue una experiencia maravillosa, una vivencia sin igual. Esa sinergia grupal mantuvo en vivo el espíritu deportivo en las malas y en la buenas.
¡Qué lindo el grupo! exclamo en un oportunidad el Profe, bien acompañado por su señora esposa, frase que el Pato Pared la hace suya y la reproduce muchas veces, para la alegría de todos. Ninguna discusión en el rectángulo de juego, ni fuera de él por las primeras derrotas, que pudiera enturbiar el sentido de pertenencia que todos percibíamos.
Hubieron errores de la dirigencia, del técnico y de los jugadores y algunos presentaron un estado físico inaceptable, pero se las bancaron y, a pesar de todo, el grupo se mantuvo unido, íntegro.
Solo me resta desear la continuidad de una acción iniciada en noviembre del año pasado, mantener el grupo e incrementarlo con nuevos colegas, superando para ello los tecnicismos del ejercicio profesional y desarrollando una actividad más allá del Consejo para atraer a jóvenes y buenos valores deportivos que nos enorgullezcan como correntinos.
¡Qué lindo el grupo!
L. Armando González Gervasoni